Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con deslumbrante maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en https://mohamadeome819741.livebloggs.com/45178844/la-provocación-detrás-del-cabezazo-de-zidane